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Coincidiendo
con la salida al mercado de la edición a papel de “El navegante de la eternidad”,
desde este espacio en Fragmentos de inspiración, podéis tener la oportunidad de
saber un poco más acerca de esta estupenda obra literaria de ciencia ficción
fruto de un ser que se hace llamar el navegante de la eternidad. Su autor,
Ricardo Secilla, será testigo de la repercusión social y psicológica que tendrá
esta novela con el paso del tiempo.
Reseña
literaria por Eredine:
Al
comenzar a leer las primeras páginas no puedes evitar entrar en la atmósfera de
misterio entorno a la figura de uno de los personajes de esta historia. A su
vez, el título de esta obra tiene una connotación tanto poética como realista,
pues describe lo que nos encontraremos en nuestro viaje por el mundo que el
autor ha recreado con asombrosa capacidad creativa.
El tema principal desarrollado es
subliminalmente científico, desde la física cuántica, al explicar la existencia
de la conciencia a través de partículas portadoras de autoconocimiento. Muy al
estilo de ciencia ficción. Sin embargo, en la novela se observan otros temas
como la experimentación de la conciencia, los universos paralelos, la
transmutación del alma, muy al estilo
del género que pertenece esta novela y asimismo también se podría encuadrar en
el género de fantasía Pero no solo se perciben dichos temas de forma explícita,
hay otro implícitamente tratados para su debate a un nivel más ético como son
las religiones que imperan en ese mundo.
Tal y como está estructurada la obra,
en dos partes, es más fácil seguir el hilo argumental. En la primera parte, la
trama principal es por sí misma interesante, original, puesto que nadie ha
tomado este planteamiento con ese mismo desarrollo. Además, su base científica
es muy sólida. El contexto elegido es a la vez incierto, distópico, por lo que
atrae más la curiosidad del lector cuando se adentra en la existencia del
navegante.
Conforme la narración va avanzando, y cabe
destacar que se efectúa a un ritmo adecuado, podemos disfrutar de escenas ricas
en elementos descriptivos, además del cambio temporal muy bien logrado por
parte del autor.
En la segunda parte, la trama se sucede
junto con otras que han sido abiertas por la intervención de otros personajes
muy bien construidos, desde su estructura social, hasta su cultura, religión y
su mundo psicológico.
Cada personaje tiene un rol que
cumplir, una misión que está atada a lo inevitable: la venganza, la justicia,
la supervivencia, el amor, etc. Motivos suficientes por lo que los personajes
son impulsados a realizar determinados actos que podrán ser considerados moralmente
lícitos o ilícitos por el propio lector.
El nombre de los personajes resulta
enigmático, así como los nombres de las ciudades. En su construcción, el propio
autor ha considerado oportuno regalarnos un mapa de las distintas ciudades y un
glosario con la descripción de los personajes para su mayor comprensión durante
nuestra lectura por las tierras desconocidas en las que el protagonista
principal se mueve. No obstante, calificar a un solo protagonista principal no
lo veo justo puesto que intervienen otros personajes que son vitales para que
esta historia obtenga su total comprensión. Y sobre ello, el final de sus
acciones vendrá determinado por sus actos, todo un ejemplo moral de
pensamiento.
En cuanto al final de esta obra, el
autor ha optado por mostrarnos un final semiabierto, muy a mi gusto personal,
que invita a la reflexión y nos hace cuestionarnos más preguntas. Asimismo, y
desde mi punto de vista, me he quedado un tanto defraudada por el cierre.
Deseaba más historia, que hubiera alcanzado su otro objetivo, que no revelaré
aquí para no desvelar la trama.
Sin duda, mi paseo por esta novela me
ha transmitido un gran conocimiento de la eternidad en toda su extensión
cósmica, así como esta enseñanza: que una sola vida no es lo que cuenta y lo
que encontremos en ella nos sirve de experiencia para la próxima. Quien
entienda estas palabras, llegará a alcanzar un significado mucho más profundo,
pues esa es la intención del autor de esta genial obra.
En resumen, una novela muy recomendable
a los amantes de lo desconocido, a aquello que nos rodea y no podemos ver
directamente en su totalidad, pues para ello tendríamos que ser un navegante y
viajar eternamente en todas sus dimensiones.
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